la vida es una aventura atrevida o nada helen keller

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Oraciones de Helen Keller

  • Tenemos la posibilidad de desviarnos de la opinión general y la tradición, o tenemos la posibilidad de lanzarnos nos con valentía hacia la realidad… Poseemos una alternativa en todos y cada acontecimiento y cada restricción y… seleccionar es hacer..
  • En el momento en que todo cuanto logres sentir sean las sombras, voltea tu cara hacia el sol.
  • En el momento en que una puerta de la alegría se cierra, otra se abre; pero de manera frecuente observamos tanto tiempo hacia la puerta clausurada que no observamos la que se nos ha abierto.
  • Conforme el egoísmo y la protesta pervierten y nublan la cabeza, el cariño con su alegría aclara y aguza la visión.

Oraciones

  1. La literatura es mi Utopía. No hay barrera de sentidos que logre sacarme ese exitación.
  2. Los libros me charlan sin inconvenientes de ningún género.
  3. ¡Cuántas ocasiones nos transportamos por exactamente las mismas rutas, leemos exactamente los mismos libros, charlamos exactamente el mismo idioma, y ​​no obstante nuestras vivencias no son iguales!
  4. Qué insignificante sería mi planeta sin la imaginación.
  5. Lo destacado y lo mucho más bonito de esta vida no se puede observar ni tocar, debe sentirse con el corazón.
  6. Soy solo un individuo. Pero todavía soy un individuo. No puedo llevarlo a cabo todo, pero puedo realizar algo. No voy a negar a llevar a cabo “algo” que puedo llevar a cabo.
  7. La noche de la ceguera tiene asimismo las maravillas.
  8. El planeta sin color ni sonido está hecho en concepto de medidas, formas y características inherentes, en tanto que cuando menos cada objeto se muestra por medio de mis dedos preservando siempre y en todo momento su situación precisa y no como la imagen invertible en reflejar se ha la retina, que, según tengo comprendido, solo su cerebro puede restituir su situación habitual a través de un trabajo infinito y incesante.
  9. La seguridad es frente todo una superstición. La vida es una aventura audaz o no es nada.
  10. No hay rey ​​que no haya tenido un ciervo entre sus ancestros, ni ciervo que no haya tenido un rey entre los suyos.
  11. La desaparición no es mucho más que pasar de una habitación a otra. No obstante, hay una diferencia para mí, ¿sabes? Por el hecho de que en la otra habitación podré ver.
  12. Las mejores y mucho más preciosas cosas de todo el mundo no se tienen la posibilidad de ver ni tocar, tienen que sentirse con el corazón.
  13. En estos años oscuros y sigilosos, Dios estuvo usando mi vida para un propósito que no conozco, pero un día lo comprenderé y entonces voy a estar satisfecha.
  14. Muchas personas se hace un concepto equivocada sobre la auténtica felicidad. No se logra satisfaciendo sus deseos, sino más bien siendo leales a un cometido que valga la pena.
  15. En el momento en que una puerta de felicidad se cierra, otra se abre, pero frecuentemente observamos tanto tiempo la puerta clausurada que no observamos la que se ha abierto para nosotros.
  16. Ningún fatalista descubrió jamás el misterio de las estrellas, o navegado hacia una tierra sin conocer, o abierto una exclusiva promesa en el corazón humano.
  17. La visión es la función de los ojos, pero la visión es la función del corazón.
  18. Mantén tu rostro hacia la luz del sol y no vas a ver la sombra.
  19. El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada se puede realizar sin promesa y seguridad.
  20. Uno jamás debe permitir arrastrarse en el momento en que siente el impulso de volar.

Comienza la aventura

Las aventuras mucho más apasionantes de Helen comenzaron, no obstante, donde la «Trabajadora Prodigiosa», Anne, se quedó. Tras la facultad, se dedicó a estudiar las condiciones y vidas de la gente con discapacidad en su país —una materia a mucho más ignota—, y, de manera rápida, identificó una conexión entre discapacidad, explotación y pobreza. Entonces, la vasta mayoría de personas con discapacidad no tenía ingreso a ocasiones de empleo ni educación y era dejada de lado y marginada por la sociedad. «Me deprimí por un tiempo», ha dicho Keller, «pero de a poco recobré la seguridad y me percaté de que lo asombroso no es el mal de las condiciones, sino más bien los adelantos que la Humanidad tuvo pese a estas . En este momento combato por mudar las cosas».

Opuesto a ciertas leyendas cerca de Helen Keller, no fue solamente un sujeto inspirador que se interesó por la gente con discapacidad, sino más bien una activista en toda regla, encargada de crear un planeta mucho más justo, pacífico y equitativo para todos. Fue cofundadora de la Unión de Libertades Civiles de EE.UU. —ACLU, por sus iniciales en inglés—, en parte para resguardar los derechos de trabajadores que estaban en huelga en busca de mejores condiciones y sueldos justos. Como otros creadores de ACLU, fue blanco de supervisión por la parte del FBI, al tiempo que socialista, pacifista y letrada del control de la natalidad —«La inferioridad de la mujer está llevada a cabo por hombres», apuntó en algún momento— . Se pronunció en oposición a los linchamientos y de la supremacía blanca y apoyó de viva voz a la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP).

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