imagenes de la pelicula up una aventura en las alturas

UP marcha con tres prólogos que adelantan la aventura. Un prólogo retrospectivo, que solo marcha como una antesala preliminar en la narración de la aventura, cuya importancia, por otro lado, queda manifiesta al ofrecer título a la película. Es Up donde avanza la aventura y no Down. Prácticamente cobrando una axiología moralizante, el indicativo de rincón (locativo) moraliza peyorativamente y descalifica lo que hay debajo. Todo cuanto avanza en el pedestre (pies) espacio de lo bajo es insípido y decadente, una situación insostenible que sube. El símbolo es la parcela de Carl en la mitad de un desértico paraje de destrucción y reconstrucción. Un método de vida pedestre y liso ajusticiado por la maquinaria actualizada que allana este espacio para la erección de otro modo de vida sublimado, prominente, alzado entre los escombros bajo la encumbrada forma del edificios. Y ahí es donde la película gana en contradicción. El monte de valores olímpicos, superiores, es recibido como regla por la legalidad del grupo, por la aceptación general, pero rechazado con énfasis por un sujeto obnubilado, prácticamente a la forma hitchcockiana, por los valores liquidados de un pasado sepultado.

Este sujeto díscolo es quien se levanta (verdaderamente) sobre este espacio bajo, ahora indefensable frente a la mandíbula trituradora del avance ciego. Relevantemente, la película no muestra esta salida como un acto de renuncia, sino más bien como un encomio de la aventura postergada. Y mucho más relevantemente, la aventura es pretendida y buscada con un motor hinchado, airoso; es fungible, perecedero, frágil como un globo. La isotopía de la película se marcha enriqueciendo en todo instante por una simbólica contradictoria. El íncipito hacia la aventura semeja mantener que todo lo alto, prominente, sublime solo puede ser perseguido con el impulso de un motor improvisado, frágil y lleno de aire. La búsqueda como una burbuja desprendida en el aire. El atado de globos que remonta en vuelo la vivienda de Carl Fredricksen adelanta el carácter precario de la envestidura heroica de este viejo simpático. Desde su simbólica, la película nos hace avisar la imposibilidad de la aventura. Hipótesis que después se limitará a validar desde la narrativa. La aventura inacabada que no es tan enorme. El deseo y la fantasía de Carl son corregidos ásperamente por la verdad. El globo es pinchado, los sueños desagotan como el aire por la válvula. La comparación del cuadro pintado por Ellie con la imagen de la vivienda depositada sobre el salto de las cataratas no coincide. La vivienda se ve vieja, derribada, atareada por el paso por la aborrecible situación. Y aquí llegamos al tema del deseo.

Creador: Daniel Álvarez de Moll

Daniel Álvarez de Moll es licenciado en Humanidades por la Facultad de Barcelona (UB).

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